Gente felis

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No se sentía bien consigo misma. Hacía todo lo que podía por olvidar esa sensación, desde tragarse libros, estudiar hasta matar las inmuerables horas durmiendo. Pero esa horrible sensación nunca se iba. Siempre estaba presente. Físicamente la hacía sentirse cansada. Pero psicológicamente había muchos otros términos para definir su relación consigo misma. Disgustada era la palabra. Avergonzada. Infeliz. Desmotivada. Desesperanzada. Llegaba un momento en el que se preguntaba qué era justo y qué no lo era. De qué vale esforzarse por algo si luego sale mal? Además en casa no habría palabras de ánimos precisamente. Si se hacen las cosas mal se hacen mal. Pero eso no es sólo lo que conlleva, de hecho hay maneras de arreglarlo, sino todo el esfuerzo y dinero que se ha puesto para que ella pudiese estar ahí. Y estaba desperdiciando su oportunidad. Estaba echando todo a perder, por vagancia. Por no hacerlo antes. Las palabras de siempre. Pero ella antes no era así, antes sacaba las cosas, por qué ahora sale mal? Tiene la mínima esperanza de que sea la "adaptación al medio" lo que le está costando y no sea simplemente subnormalidad. Ahora su orgullo está por los suelos. A quién va a mirar a la cara? Sí, diréis, qué exagerada. Pero cuando se trata de perseguir tus sueños, por qué demonios simplemente no luchas por ellos? Aunque sea por un puto diván de cuero negro y porque alguien esté orgulloso de ti. CORRE.

En otras palabras, mi moral está por los suelos como podéis ver.
Gracias, Fina (profesora de desarrollo, para que quede claro que va por ti). Te odio, zorra.

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