Gente felis

Hoy me he puesto a pensar y he sacado una sonrisa.
Sí, puedo demostrar que sigo recordando a mi padre. O al menos que me queda una parte de él.
Porque lo escucho y lo recuerdo, y recuerdo sus momentos enfermo y con el último suspiro de vida, pero también totalmente sano, o enfadado, o alegre, o lloroso. Pues era un humano, y tiene momentos, como todo el mundo.
Y estos días, sin quererlo hago honor a él. Porque vuelvo a las andadas, a hacer puré de patatas en un cuenco para tomarlo por la tarde, a comer pasta cruda, a escribir tonterías, lo que pasa que ahora mucho más libremente, a leer por las noches cuando ya debería de estar acostada, no ser capaz de conciliar el sueño por imaginarme cosas desagradables poniéndome a prueba...
Me siento tranquila porque actúo como si él todavía estuviese a mi lado. Sigo siendo una niña de papá, tonta, infantil, incrédula, pero al fin y al cabo, niña de papá.
I miss you, dad

1 comentario:

  1. Me ha parecido un texto bellísimo por el simple hecho de estar lleno de sentimiento y de recuerdos bonitos. Simplemente creo que el hecho de que lo recuerdes con ese cariño, con esas ganas lo haría inmensamente feliz. Un beso enorme. Te sigo =)

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